Su objetivo es permitir que las empresas de pequeña dimensión contraten servicios de asistencia técnica para el desarrollo de proyectos de innovación y para la modernización de sus procesos de negocio.
La Comunidad de Madrid pone en marcha el «Cheque de Innovación«, un programa de ayuda a las pequeñas empresas para incentivar el uso de innovación y la transferencia de tecnología.
La Comunidad ofrece ayudas directas, de entre 4.000 y 11.000 euros, para que pequeñas empresas puedan contratar proyectos científicos, tecnológicos o de innovación con Centros Tecnológicos, Universidades y Organismos de Investigación o con empresas proveedoras de servicios de I+D+i. El objetivo es mejorar la competitividad y productividad de las empresas mediante el desarrollo de proyectos de innovación que modernicen sus procesos de negocio.
Podrán beneficiarse del ‘Cheque de Innovación’ las pequeñas empresas que, entre otros requisitos, dispongan de un centro de trabajo en la Comunidad, empleen a menos de 50 personas y cuyo volumen de negocios anual o cuyo balance general anual no supere los 10 millones de euros. No podrán presentar inversiones que superen los 14.800 euros y en ningún caso se considerarán como costes subvencionables el IVA, las tasas públicas (salvo en el caso de la protección de la innovación) y el resto de tributos ligados a la inversión o gasto.
Se contemplan diez tipos de acciones subvencionables cuyos proyectos de innovación deberán encargar las empresas a centros tecnológicos, universidades y organismos de investigación o bien a empresas proveedoras especializadas de servicios de I+D+i.
Estas acciones son estudios de vigilancia tecnológica y de estado de la técnica; de viabilidad tecnológica e industrial; actuaciones de desarrollo precompetitivo, testeo y validación experimental de nuevos prototipos de procesos piloto, nuevos métodos y materiales; testeo y validación experimental de nuevos prototipos, nuevos productos y/o servicios; conceptualización y diseño de nuevos productos diferenciales; ecodiseño de productos y servicios; fomento de nuevos modelos de negocio vinculados a la industria 4.0; transformación de procesos de fabricación; rediseño o generación de nuevos productos o servicios; y protección de la innovación. Por último, las soluciones aportadas por las entidades a las que recurran las empresas no podrán ser idénticas.
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