Tres años después de empezar a perfilarse, el pasado 1 de diciembre el Congreso aprobó la Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, más conocida como ‘Ley de Startups’. El texto, en vigor desde el día 22 del mismo mes, recoge medidas destinadas a fomentar, atraer y reforzar este tipo de compañías para convertirlas en uno de los motores de la modernización de la economía española. La norma ha sido impulsada por el Ministerio de Economía, a través de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. También ha participado el Alto Comisionado para la España Emprendedora, un departamento dependiente de Presidencia creado a principios de 2020.
El sector de las ‘startups’ y la economía digital llevaba tiempo reivindicando, además de que se redujera la burocracia necesaria para crear una empresa, mejoras fiscales y laborales que permitan atraer y retener talento, además de que incentiven la inversión en compañías emergentes.
Así, la ley establece varias modificaciones tributarias —como el aumento de las exenciones por ‘stock options’ y la rebaja del impuesto de sociedades— y aumenta las opciones para que trabajadores, emprendedores e inversores extranjeros puedan establecerse en España. También simplifica trámites para estos perfiles.
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