Entrevista a María Escat, Profesora Asociada en el Dpto. de Organización de Empresas de la Universidad Autónoma de Madrid
1) ¿Cree que en España se valora justamente la creatividad como elemento necesario para el desarrollo de una actividad empresarial?
Definitivamente no. Creo que en España aún se desconoce el concepto de creatividad y se confunde con el de Innovación, cuando se trata de dos procesos diferentes. Mientras que el primero tiene que ver con la capacidad de crear, el segundo se refiere a la capacidad de introducir novedades en la empresa. La diferencia es notable ya que la creatividad tiene que ver con una capacidad individual, y la innovación con un esfuerzo colectivo en el que necesariamente tiene que estar involucrada la Dirección General.
Por otra parte –y por no ser pesimistas- creo que, bien por necesidad, bien por novedad, se está empezando a valorar la innovación, pero viendo en ella una salida o una oportunidad a la crisis. De alguna manera, parece que en algunas empresas españolas se empieza a pensar en el retorno de la inversión como forma de alcanzar una mejor productividad en el mercado.
2) Como ha indicado anteriormente, la crisis parece haber modificado la percepción sobre la necesidad de innovación por parte de las empresas española.
La búsqueda de una mayor ventaja competitiva ha llevado a las empresas a tener que “diseñarse a sí mismas” (en España, en el campo de la Dirección de Persona, hemos pasado de repensar el desarrollo de la carrera profesional hasta la búsqueda de la felicidad del empleado, pasando por la manida y malograda retención del talento) y, lógicamente a buscar soluciones nuevas, entre las que parece encontrarse la innovación y, ¡ojo! No la creatividad, que es quizás un punto por dónde se podía haber empezado. Mientras que la creatividad empieza por uno mismo, la innovación parte de un equipo.
La empresa española en su búsqueda de la diferenciación creo que ha empezado a apostar por la innovación como un ROI de la misma.
3) ¿De qué manera se puede fomentar la creatividad en el ambiente laboral?
Bien, como he dicho antes, no veo claros símbolos de creatividad en la empresa española, aunque si consideramos la creatividad como producto de la innovación (es decir como el resultado de contribuciones individuales que dan como resultado algo innovador), sí parecen verse indicios de creatividad.
Algunos ejemplos de cómo fomentar la creatividad, ya los estamos encontrando. Así, por ejemplo, algunas empresas españolas están pagando bonus por creatividad, otras lo que hacen es dejar más autonomía a sus empleados, en otros casos las empresas apuestan por presentarse a premios de innovación. En definitiva, no dejan de ser fórmulas que favorecen que el empleado sea más creativo.
4) ¿Cree que la creatividad y la innovación tienen suficiente peso en los planes formativos actuales para emprendedores y directivos?
Honestamente creo que no. Creo que aún estamos “en pañales”. Pero de cara al emprendedor, la creatividad sí es una habilidad que va unida a su condición de emprendedor, forzosamente y animado por la crisis en la que está envuelto nuestro país en este momento.
Por su parte, de cara a los directivos, aún no hay una conciencia suficientemente clara de la creatividad y la innovación, es decir, desde mi punto de vista, el directivo ve en la innovación una forma de aumentar la productividad, pero no como una forma necesaria en las organizaciones.