La valoración de las empresas extranjeras sobre el clima de negocios en España ha mejorado en el último año y también ofrece perspectivas optimistas para los próximos dos años, según desvela la novena edición del “Barómetro del clima de negocios en España desde la perspectiva del inversor extranjero”. Según dicho informe, realizado conjuntamente por ICEX-Invest in Spain, Multinacionales por marca España y el International Center for Competitiveness del IESE, el 95% de las 700 empresas extranjeras en España que han participado en la encuesta prevé aumentar su plantilla el próximo año y el 62% su facturación.
El clima de negocios en España ha mejorado desde 2014 hasta colocarse en una valoración media de 2,9 sobre 5. Según el Barómetro del clima de negocios en España, las perspectivas de las empresas extranjeras son mejores porque se han cumplido las previsiones que se reflejaron en anteriores estudios, tanto en lo que se refiere a inversión como en plantillas, facturación y exportaciones.
Perspectivas de futuro
El 95% de las empresas encuestadas tienen previsto mantener o aumentar sus inversiones en España durante 2017, lo que revela una mejora de sus perspectivas de cara a los próximos años. Además, el 95% prevén aumentar su plantilla el próximo año. En lo que respecta a la facturación, el 62% prevén un aumento en 2016 frente a 2015, mientras que sólo un 4% creen que disminuirá, y además el 69% creen que mejorará en 2017.
Las exportaciones de las empresas extranjeras desde España también mejorarán en 2016, según el 96% de los encuestados, y en 2017 según el 98%. Estas previsiones se hacen a partir de las encuestas respondidas en los meses de mayo y junio pasados.
Valoración del mercado
Las empresas extranjeras entrevistadas consideran que la mayor fortaleza española está en el capítulo de las infraestructuras, además de algunos aspectos de la calidad de vida, mientras que crece el tamaño del mercado gracias a la recuperación económica y la mejora de la demanda interna.
Los puntos que hay que mejorar están relacionados con la financiación, los costes y la innovación. Otras áreas mejorables, aunque no desvelan una mala percepción por parte de los inversores extranjeros, son el dominio de idiomas, la capacidad de aprendizaje y la aceptación de responsabilidades y objetivos. Por último, preocupan a las empresas el mercado laboral, la carga burocrática y los costes de la electricidad.